Lo reconozco: me había aburrido. Había decidido dejar este blog aparcado por tiempo indefinido, quizá definitivo, porque veía que mi "antiguo" PSOE nunca iba a volver. Las astracanadas de Kike Superdeuda y las farsas de Natalia Injurias me habían cansado, y había entrado en el convencimiento de que el PSOE de Alcorcón estaba acabado, a base de las estocadas de esta pareja y la puntilla de Eurovegas. Porque, digan lo que digan, si Eurovegas sale adelante, el "forastero malo", que dije que le iba a llamar ya siempre Alcalde pero me resisto a cambiar mis nombres, arrasará en mi pueblo tantas veces como se presente a las elecciones.
Pero, pese a los numeritos que hemos presenciado en los últimos tiempos (y no voy a hablar del escandalazo del piso de Pilar), ha tenido que llegar un terremoto para volver a sacudirme la conciencia. Cómo habrá sido la cosa, cómo será el desmán, cómo será el tsunami de descontento con Injurias en el seno del PSOE, que el propio Kike ha vuelto a mezclarse con la clase obrera para intentar decapitar a la hidra. ¡Si hasta el maestro bloguero Cascallazo ha reabierto el quiosco para contar, con su fino estilete y su afilado ingenio, el huracán que sacude al PSOE de Alcorcón!
Los socialistas de este pueblo eran robots. Ni veían, ni escuchaban, ni sentían. Me dolía ya la boca de discutir con viejos, como yo, y buenos amigos sobre el despropósito de la deuda, la verguenza del CREAA, la salvajada de derroche del dinero público que habíamos sufrido a manos de Kike y su segunda de abordo (estaba por llamarles a partir de ahora Barbosa y Jack Sparrow, pero ambos piratas me caen demasiado bien...). Y me encontraba con dos posturas: los que pasaban, que eran los menos, y los que aún les defendían, diciendo que todo eran mentiras del "forastero malo", y que eran los más. Ni los informes oficiales, ni las noticias de los periódicos, ni las evidencias más absolutas, eran capaces de hacerles reaccionar.
Hasta que llegó el gran día en el que Kike Superdeuda se vió torpedeado desde el Tribunal de Cuentas y la Cámara de Cuentas, y se encontró no sólo más solo que la una, sino con un golpe de timón de su particular bucanera para hacerse con el control del barco y dejarle tirado en una isla desierta.
Me cuentan esos viejos y buenos amigos que lo que más le dolió a Kike no fue el asalto al poder de la rusa, ni la "limpieza etnica" de sus amigos, ni siquiera el pacto de Natalia Injurias con el enemigo público número 1 de Superdeuda, el lobo de mar Arranz. No. Lo que colmó el vaso de la ira del capitán a la fuga, ahora solo ante la tormenta, es que Natalia Injurias fuera pregonando por ahí que ella era contraria a todo lo que había hecho Kike, que la culpa era únicamente de él y que ella iba a romper con ese pasado oscuro y revuelto que había provocado el ex jefe en sus ataques de egolatría.
Dos tortas no le habrían sentado tan mal a Kike como ese discurso, repetido por Injurias allí donde un socialista, nuevo o viejo, la quería escuchar. Yo entre ellos. Pero ¡¡¡¡¡¡alma de cántaro!!!!! ¡¡¡¡¡Si tu eras la segunda de abordo en el festejo!!!! ¡Si ibas por los barrios que parecías la reina de Saba! ¡Si has viajado y has comido como en tu vida gracias a él! ¡Si has insultado, vejado, humillado y machacado a todo el que ha osado mirar a los ojos a tu antiguo Dios! ¡Si eras su "heredera natural"! ¿Y ahora vas a ir de salvadora de la patria, quemando en la hoguera a Kike?
Parece mentira que, con todos los años que has estado con él, aún no le conozcas. Y ahí le tienes: reventándote el partido el solito, partiéndote el Grupo en dos y avisándote de que te va a pasar por la quilla de un momento a otro.
Como los marineros de la primera y divertidísima "Piratas del Caribe", Natalia, hija, eres un zombi. Estás muerta dentro del partido, y ya veremos cuánto tiempo tardan tu "amiga" Emboscadas Bernardo (dirás que no te lo avisé), Candi, los Pacos y tu ex lugarteniente García (¡anda que te ha durado mucho!) en moverte la silla y quitarte hasta la portavocía del Grupo.
Lo que sí te digo... bueno, a tí no porque lo sabes de sobra; lo que si les digo, queridos (y pocos) lectores, es que Natalia Injurias acaba su carrera política en Alcorcón esta legislatura. Quien sabe, lo mismo la vemos un día de ministra, porque tras lo de Tomtás Gómez, o cómo ascendieron los que salieron a gorrazos del Ayuntamiento de Madrid, de aquí a tres, o a siete años, puede pasar cualquier cosa en este PSOE.
Pero, desde luego, tu, Natalia, estás muerta. Parece mentira, ¿verdad? El "forastero malo" os dio la primera paliza, y la segunda, y la tercera. Y cuando preparaba el golpe definitivo, el de Eurovegas, lleva tu antiguo jefe, se le adelanta, y es él quien acaba contigo. Natalia, ya no te vayas. No hace falta. Eres el zombi político de Alcorcón, y te mantendrán en pie hasta que encuentren algo mejor. Y no tardarán...